Cristina Kirchner se hizo un rato en la crisis que tiene al país en las puertas del default para mandar una señal fulgurante a la interna kirchnerista. Dispuso que echen de la secretaría de Cultura a Víctor Ramos, delegado de esa dependencia en la Villa 31, por haberse sumado al armado porteño de Daniel Scioli.

La Presidenta, que antes de ayer se sacó fotos con Florencio Randazzo -el competidor de Scioli en la primaria kirchnerista que aparece con más chances-, se indignó cuando leyó esta mañana en Clarín que este ex colaborador de Gustavo Beliz se había sumado al sciolismo para empezar a coordinarle su armado porteño. Desde la Gobernación bonaerense rechazaron que la salida tenga una relación directa con la reunión y foto de ayer.

“Esta mañana entraron a mi despacho diez funcionarios que responden a Teresa Parodi y ocuparon mi oficina”, dijo Ramos a LPO.

Además, mencionó entre quienes ingresaron a ocupar su lugar de trabajo al director de administración de la secretaría de Cultura, Alfredo Motta; al director nacional de Museos, Alberto Petrina; y a Araceli Bellota a quien desde hoy quedó al frente de su despacho. “Fue un golpe de Estado”, le dijo a Clarin.com.

Según explicó, Ramos puso su renuncia a disposición cuando Parodi se hizo cargo de la secretaría. Lo mismo hizo al quedar al frente del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Manuel Dorrego. “En ambas ocasiones ellos me ratificaron en el cargo”, dijo.

Ramos era un protegido de Mario "Pacho" O’Donnell, ex embajador y secretario de Cultura de Carlos Menem que sintonizó con la Presidenta gracias a una compartida visión revisionista de la historia argentina, con especial predilección por los caudillos federales.

El ahora ex funcionario Ramos es hijo del mítico "Colorado", Abelardo Ramos, autor del clásico libro del revisionismo Revolución y Contrarevolución en la Argentina.

La implacable decisión de Cristina se produce además horas después que Scioli se quejara del maltrato que recibe de la Casa Rosada en una reunión con la cúpula de la UIA, como anticipó LPO.

“Yo soy amigo de Scioli. Con él y Pacho O’Donnell comenzamos a militar juntos en la Ciudad”, explicó Ramos y explicó que la reunión de ayer que enfureció a Cristina “más que ser un apoyo a Scioli fue una puesta en marcha de la campaña presidencial de Scioli”.

Sin embargo, el ahora ex funcionario argumentó que “no tenemos una posición anti kirchnerista. Por el contrario hacemos una reivindicación de Néstor y Cristina”. Según pudo saber LPO, Scioli recorrerá el 2 de agosto junto a Ramos y distintos referentes barriales la Villa 21. 

Como testimonio de la desgraciada movida de ayer queda el hasta ahora último tuit que publicó, en el que acaso comete el error de mezclar el link a una nota de Clarín con el apoyo a Cristina.